Cristina Morales

La vida de Cristina Morales era casi color de rosa; tenía unos padres que la amaban por sobre todas las cosas, de buenos sentimientos que si no eran las personas más ricas de México sí hacían todo lo necesario para que a sus hijos no les faltara nada.

La joven siempre estuvo muy agradecida por este hecho y por lo mismo siempre hizo lo mejor que pudo en todas sus actividades para tener a sus padres contentos y sobre todo orgullosos. Pero ese no era el caso de su hermano menor, quien con tan solo 16 años había huído de la casa. era un vago, un idiota y un bueno para nada, jamás agradeció que sus padres daban la vida trabajando para que ellos pudieran ser personas de bien, pero él jamás lo apreció y al parecer jamás quiso ser una persona de bien.

De buena fuente sabían que Alexander estaba en malos pasos, había robado, había lastimado gente e incluso había matado a alguien. Sabían por amigos de él que se había vuelto rico de la noche a la mañana y no sabían cómo. Cristina preocupada por su hermano y el bienestar de sus padres fue a buscarlo para pedirle una explicación y exigirle que volviese a su casa y se dejara de estupideces pero el chico la vio como una amenaza, le dijo que ella no era nadie para ordenarlo y que mejor estuviese en su casa atendiendo sus asuntos y no molestara.

Semanas después Cristina llamó a Alexander y le dijo que su madre estaba muy mal, que podía morir y necesitaba que hablara con ella, lo amenazó, le dijo que si no iba a verla llamaría a la polícia y entonces sí tendría que dar explicaciones quisiera o no. Obviamente lo hizo para asustarlo pero él sabía que si su hermana decía algo las cosas podrían salirle muy mal. Jamás se paró por el hospital y mucho menos por su casa así que Cristina cumplió su amenaza, envió a un amigo suyo que era estudiante de criminología solo para darle un escarmiento al idiota de Alexander pero él se lo creyó todo y decidió pagarle con la misma moneda a ella.

Llamó a algunos de sus amigos y les pidió que le dieran un escarmiento a la idiota de su hermana pero las cosas se salieron de control, el jamás supo cuando darían el golpe los tipos y se enteró después que el mensaje que le había enviado había sido más que claro.

La noche del 24 de diciembre, Cristina estaba sirviendo la cena para su familia, sus padres habían venido a cenar con ella y su novio con quien ya llevaba un buen tiempo saliendo y a quien quería como a nadie, celebraban además que por fin había terminado su carrera como estudiante de turismo y también el curso avanzado de fotografía, las cosas eran perfectas, estaba feliz, su madre estaba mejor que nunca y no temía de nada. La cena estuvo espléndida, todos rieron, cantaron y se divirtieron como hacia mucho que no lo hacían.

Cristina fue a dormirse temprano y su familia se quedó un poco más charlando, Vladimir era excelente persona y se llevaba de maravilla con sus padres por lo que pasaban horas hablando placidamente.

Una trueno hizo que la morena despertase asustada, vio la cama vacía pero el lado de Vladimir estaba deshecho, sabía que ya había ido a dormir ahí pero algo no estaba bien pues no veia la luz de su baño prendida. Se puso la bata y salió a buscar a su novio.caminó hacia la habitación de sus padres con pasos cortos y sin hacer mucho ruido, había escuchado golpes y eso le extraño bastante, sus padres se amaban y jamás habían tenido episodios violentos en su hogar, por eso supo que algo no estaba bien. Cuando cruzó el pasillo de su habitación a la de ellos sintió un viento helado y se dio cuenta que el ventanal que daba a la calle principal estaba abierto de par en par. Justo cuando llegó a la puerta de sus padres tocó el picaporte con su mano y cerró los ojos pidiendo a dios que nada malo les hubiese ocurrido a sus queridos padres, tragó saliva y giró la perilla abriéndola despacio y temiendo lo peor. Fue en el mismo momento en que soltó la puerta en que dejó de creer en Dios. Su mirada se posó en la pared blanca que tenía frente a ella, la antes reluciente y brillante pared estaba cubierta de sangre y había signos de que el dueño de aquella sustancia se había defendido hasta más no poder. Mientras se acercaba a la cama de sus padres sintió como sus pies se mojaban, sabía que era sangre la que cubría sus plantas en ese momento y supo entonces que ya no había esperanza de que ellos estuviesen a salvo. Se aferró con fuerza del barandal de la cama y vio la fría imagen que la marco tanto que estuvo un par de meses sin hablar, se llevó las manos a la boca y siguió de largo, al lado de su madre se encontraba el cuerpo innerte de Vladirmir, con los ojos abiertos y con signos de lucha en las manos, no podía creer que hacia unas horas ellos estaban riéndose y siendo felices y ahora estaban muertos, no entendía una cosa y eso le costó bastante tiempo aceptarlo, ¿por qué ella estaba viva?

Los vecinos habían escuchado gritos y golpes por lo que llamaron a la policía, cuando estos llegaron encontraron a Cristina abrazada a los tres cuerpos, no dijo nada, no hablaba, apenas si respiraba y nadie sabía nada de Alexander quien era el pariente más cercano de la mujer.

Nunca encontraron a los maleantes y ella temía por su vida, mucho más después de haberse enterado que estaba esperando un bebé. De esta tragedia ha pasado un año. Es madre soltera y emprendió el viaje en este crucero donde ha tenido todo lo que puede desear, un trabajo y no estar en un lugar fijo. No sabe dónde está su hermano y espera nunca jamás volver a encontrarselo.

Lucca Morales- Su pequeño hijo y único familiar, según ella.
[/spoiler]El bebé es su adoración y todo lo hace por él, tiene toda la herencia de su padre que era eslavo. Ha recuperado un poco de felicidad gracias a él.

En sus tiempos libres le gusta leer mientras Lucca duerme, el mar es uno de sus lugares preferidos.Tiene algunos tatuajes en el cuerpo, algunos dedicados a sus padres y uno más a Vladimir.
Desde aquel suceso, no ha estado con ningún hombre, aun no se siente lista y siempre piensa en el bienestar de Lucca.