Sunny .. {Marcos}

Como guía, podía decirse que Marcos gozaba de las comodidades básicas de un pasajero de... tercera clase. Acceso a todos los servicios más básicos, y una estancia más o menos apacible en el crucero, a cambio de trabajar de forma continua durante el tiempo que el barco estuviera atracado en España. Obviamente, no disfrutaba de todos los lujos de la primera clase, pero se estaba bien. No podía negarlo, el gran barco era los suficientemente confortable como para no tener que preocuparse de nada. Y de ahí hasta que atracaran en puerto español... bueno, podía pasar bastante tiempo.

Al no tener nada que hacer, había días en los que Marcos, llegada la noche, de sueño tenía poco. Y aquella era una de esas noches. Así que se puso una chaqueta para protegerse de la brisa que corría libre sobre las cubiertas, y con las manos en los bolsillos, salió de su pequeño camarote de servicio para dar una vuelta por ahí. Realmente no tenía nada que hacer, y había acabado sus propios libros días después de entrar, so la biblioteca parecía un buen lugar para, por lo menos, conseguir algo de material que le impidiera aburrirse cuando no tenía nada que hacer. Como aquella noche, por ejemplo.

Allí se encaminó, sumido en sus pensamientos y tratando de hacer el menor ruido posible para no despertar a nadie y no recibir posteriores quejas de algún pasajero, y cerró con cuidado la puerta tras de sí al entrar. Las luces de aquella sala estaban encendidas de manera prácticamente perpetua, por si algún lector entraba ahí a horas en las que el Sol se había ocultado, así que no se molestó en buscar interruptores. Simplemente, se dedicó a pasar por entre las estanterías hasta que encontró un volumen interesante, y se sentó. Al hacerlo, echó una mirada a su alrededor: no había nadie. Y se encogió de hombros, subiendo los pies encima de la mesa. No podrían decirle nada, y a la que oyera la puerta abrirse, se colocaría correctamente. Punto.

De repente, una voz cantando (¿cantando? ¿a esas horas?) le sobresaltó, y empezó rápidamente a recolocarse, hasta que se dio cuenta de que la reconocía. Y de que no podría decirle nada. Sonrió divertido, y devolvió la atención al libro. Pero conocía la canción, así que en un momento dado, no pudo evitar levantar la voz (que no la vista, la cual seguía enfrascada en la lectura) y unirla a la de la persona que usaba la biblioteca como escenario improvisado. - Yeah, sunny, thank you for the facts, from A to Z. My life was torn like a windblown sand, and the rock was formed when you held my hand... - Cuando oyó cómo la voz que había empezado a cantar se hacía cada vez más intensa, señal de que se acercaba a él, Marcos dejó de cantar, y en su lugar, todavía sin alzar los ojos de las páginas del libro, habló con un tono de diversión implícito en la voz. - Su Alteza no debería hacer semejante escándalo a estas horas de la noche. No creo que entre dentro del protocolo. - Estaba siendo algo exagerado con los formalismos, quizás, pero todo era parte de la broma. Tan tarde, poca gente o nadie podría oírles, y al ser amigos, realmente daba igual cómo se dirigiera a ella, pero a veces le gustaba hacerlo, sólo por picarla.