Gran Inauguración !! {TODOS INVITADOS}

Hacía poco me había enlistado en el Queen Mary 2, un lujoso barco que partiría desde Cartagena de Indias. Nunca había ido a esa ciudad, ni a ese país. Pero había escuchado tantas cosas horribles que al bajar del avión y encontrarme con un país civilizado, organizado y hermoso me sorprendí más allá de las palabras, por un momento quise ser pasajero del Queen, quise sentir la brisa sin pensar en nada mas, caminar por las arenas blancas de las hermosas playas, caminar por las calles empedradas y ver los castillos que se erguían en las costas. Era un pequeño paraíso que jamás imagine que existía en un país con la reputación que tenía Colombia. Las mujeres eran tremendamente hermosas, todos sonreían y parecía como si la comida inyectara esa felicidad que exudaban y no era para menos, había solo probado un plato de comida y ya podía sentir que por mis venas corría ese mismo elixir de vida que los mantenía hermosos, felices y amables.

No podía creer que estuviera en ese lugar, parecía tan distante y diferente a lo que había visto en mi vida.
El día había llegado, después de los días de entrenamiento y de capacitación era el momento de tomar posesión de mi cargo como jefe de seguridad a bordo… mi trabajo era proteger a los dignatarios y personas importantes y para ello tenía un equipo. Mi entrenamiento mezclaba perfectamente la estrategia SWAT, la fuerza de combate de las fuerzas especiales de la armada, la táctica de los TAC teams y finalmente la vocación de un médico. Me sentía orgulloso de mis habilidades pero siempre mantenía un perfil bajo.

Antes de que el salón se llenara yo ya había inspeccionado cada rincón, cada mesa, cada silla, con mi equipo me había asegurado que todo estuviese en orden, que fuera seguro… una vez los primeros invitados comenzaron a entrar con sus vestidos pomposos y sus máscaras yo me acomode cerca de la entrada principal observando detenidamente a cada pasajero, ya había leído sus expedientes, sabia quiénes eran pero necesitaba ver sus rostros de frente, no podía proteger a quien no conocía. Pero sabía que era cuestión de tiempo antes de que me asignaran a algún dignatario en específico y estaría listo para ello
Con las manos juntas al frente y el auricular bien puesto para comunicarme con mi equipo observaba y apenas sonreía si alguien me miraba pero mis ojos permanecían fijos y mi ceño levemente fruncido….era mi forma de mantener una barrera entre lo que pensaba y lo que hacía, mi rostro era la barrera perfecta para dar confianza y seguridad pero no demasiada, así nadie querría pasarse de listo conmigo…

La música inicio y una vez el capitán dio inicio al brindis se cerraron las puertas del salón y yo me quede inmóvil junto a la puerta principal cerrada…. Solo haciendo mi trabajo, mirando cada movimiento…esperando y casi inconscientemente deseando que algo pasara…

No estaba de mucho ánimos para ir a esa fiesta, pero sabiendo que sus padres iban a pedirles una foto como siempre lo hacían desde que se había subido al crucero. Con pesar se baño y encontrando un traje negro y una camisa blanca, se la coloco. Como no le importaba como lucía, salió con mal gana de su camarote, caminando con pasos seguros, aunque por su mente pasaba miles de preguntas de sí iba a hacer el ridículo en esa fiesta. Él solo negó con la cabeza, quitando esos pensamientos y tomando su antifaz que tenía en sus manos, el cual era sencillo pero que tapaba la mitad de su rostro, entro a la fiesta.

Con pánico observo a todos los pasajeros ahí, viendo como caminaban y se sentaban. Escuchando sus conversaciones y risas. Sintió como su cuerpo tiritaba de los nervios, por lo que camino con inseguridad hasta la mesa que le habían asignado.

En silencio pedía que acabara rápido esa fiesta, porque lo que menos deseaba era permanecer en ese lugar tan público y sociable. Pero cuando vio a una chica sentada en su mesa, supo que no iba a poder permanecer más de un minuto ahí. Estaba más nervioso de lo usual. Y esto empeoro cuando ella comenzó a hablarle.

No sabía a donde meterse, ella hablaba con deliberación, segura y sin temor. Él por dentro moría por salir corriendo de ahí y encerrarse en su camarote. Sí era posible, no salir nunca más.

Ella le extendió su mano, y él la observo tragando con miedo su saliva, la que se producía en su boca y que se deslizaba por su garganta. Viendo su mano, extendió la de él con nervios, el cual se notaba por tiritar como si tuviera frío.

- H- Hola... -. Respondió con vergüenza. Apenas su voz era audible, ya que lo había dicho con un hilo de voz. Quiso morirse en ese momento, porque su mente le decía una y otra vez que estaba pasando por un momento incomodo, que específicamente estaba haciendo el ridículo. Queriendo remediar su error, aclaro su voz y como si fuera alguien más y no él, respondió: -. Soy... soy Samuel. Es un... -. Se intento calmar aunque cada vez le era peor para él -. Es un gusto conocerte...

Sonrió con miedo, y se sentó a su lado. No quería decir nada más, pero al verla, aunque su antifaz cubría todo su rostro, sabía que era una hermosa mujer. Pero aun así, deseaba que ella no dijera nada más. No quería hablar, no quería cambiar su rutina de permanecer en silencio, ver a los demás y esperar al horario para llegar a su camarote, y hundirse en su mundo, el cual le brindaba el Internet.

Parecía un chico bastante lindo y simpático, bastante tímido por la menera que hablaba, bajito casi inaudible, a diferencia de ella que hablaba fuerte y claro.-Samuel es un nombre muy lindo, me gusta. También en un gusto para mi, al fin alguien amable con quien hablar.-Sus labios rojos enmarcaron una enorme sonrisa mostrando sus dientes blancos. Sus ojos se achicaron brillando. Perso su sonrisa se transformó en una mueca cuando se dio cuenta de la actitud del chico.

Él parecía bastante nervioso,lo notó cuando vio su mano temblar, de todos modos la tomó y estrechó para saludarlo, se sintió un poco mal, era muy posible que el chico se sintiera intimidado por ella, por eso cuando se sentó a su lado, ella se acomodó mirando al frente y tomó el celular nuevamente para mirar la hora, miró alrededor y su hermana aún no aparecía. Suspiró. Volvió a meter el celular dentro del bolso y se quedó mirando el plato un momento, volvió a mirarlo.- Lo siento...-Medio sonrió de lado .- Seguro debes querer que me quede callada...-Largó una carcajada nerviosa.- Que tonta.- Se dijo a si misma cubriéndose el rostro con las manos, miró hacia otro lado comenzando a sentirse algo más incomoda que al principio, se hundió en la silla pensando que lo mejor iba a ser volver al camarote o a cualquier otro lugar donde no incomodara a la gente.

Volvió a tomar el celular y volvió a revisar la hora. Se acomodó en la silla cuando los mozos comenzaron a servir, tomó ambos cubiertos y miró de reojo al chico.